Beneficios del porteo que te sorprenderán
Cuando incorporamos el porteo dentro de nuestras herramientas o aliados de crianza, estamos optando por una serie de beneficios para nosotras y nuestros hijos.
Esta vez hicimos un barrido enfocándonos en el bienestar físico del bebé cuando usamos un portabebé ergonómico (mochila o fular, según tus preferencias y etapa de tus hijos).
No dejes de leerlos, porque además de sorprenderte, terminarán dejando fuera el temido mito de que a los niños “no les hace bien estar en brazos” cuando realmente sucede ¡Todo Lo contrario!
Algunos beneficios físicos cuando los llevas en un portabebé:
Como ya decíamos los aspectos positivos son muchísimos, la mayoría mediados por la oxitocina (10), tanto en los papás como en sus hijos. El contacto es imprescindible para la auto-organización física, sensorial y sensomotriz, así como de la formación de la personalidad y de las relaciones sociales del bebé (11,12).
Sensación de seguridad. Tras el parto, el bebé reconoce el cuerpo de su madre como su hábitat, sintiéndose seguro (13). A medida que crece esta sensación de seguridad en contacto con su mamá se mantiene y amplía al resto de los cuidadores habituales (14).
Tranquilidad. Al sentirse seguro, el bebé está tranquilo. Sabe que su supervivencia está asegurada, por lo que no activa sus sistemas de alarma (mecanismo evolutivo: cuando los seres humanos eran cazadores-recolectores, un bebé solo, estaba en grave peligro) Al sentirse tranquilo y evitar el estrés, el bebé puede dedicar esas energías a crecer (15).
Mejor calidad de sueño. A un bebé nervioso le cuesta más dormir (16). Uno tranquilo, que se siente seguro, concilia el sueño con más facilidad y tiene, por tanto, más oportunidades de dormir. El resultado es que los bebés tranquilos y seguros suman, al final del día, más horas de sueño y de mejor calidad. Esto es muy importante, ya que el cerebro humano organiza las experiencias vividas durante el sueño.
Mayor bienestar físico. La instintiva flexión de las piernas del bebé junto con el reflejo plantar y palmar sugieren que los bebés están adaptados a ser llevados en posición vertical. El bebé espera estar sobre el cuerpo de su madre de manera vertical. La relación madre-hijo proporciona la regulación fisiológica al bebé. Un bebé separado de su madre experimenta disminución de la frecuencia cardíaca y temperatura, trastornos del sueño y cambios en el electroencefalograma, es decir, un deterioro en los procesos de autoregulación (17).
En cambio, en contacto con su madre, los sistemas del bebé funcionan óptimamente (8,9).
• Consumen menos oxígeno y gestionan más eficazmente el gasto energético(18).
• Termorregulación más eficaz y “sincronía térmica”: si el bebé se enfría o calienta, la temperatura materna variará hasta un grado para compensarlo(9).
• Sistema digestivo: gracias al masaje de contacto y al aumento de temperatura que el bebé experimenta cuando es llevado en brazos o porteado, unido a la postura fisiológica, favorece la expulsión de gases y deposiciones y alivia el reflujo.
• Sistema circulatorio: la ausencia de estrés garantiza un ritmo cardiaco estable. Esta estabilidad en el sistema circulatorio es fundamental para el correcto desarrollo del bebé, especialmente del SNC(19).
• Sistema respiratorio: el patrón respiratorio del recién nacido es inmaduro. Necesita la cercanía de un adulto para sincronizar su respiración y adquirir su propio patrón(9).
• Sistema vestibular: el constante movimiento al que está sometido un bebé llevado en brazos o porteado, estimula el desarrollo de su sistema vestibular.
• Sistema inmunológico: las hormonas del estrés inactivan el sistema inmunológico, así que a menos estrés mejor funcionamiento del sistema inmune.
• Mejora la respuesta ante el estrés: los bebés toleran mejor el dolor(20).
Potencia el apego seguro (21). El contacto constante fortalece los procesos de apego seguro entre padres e hijos. Pasar mucho tiempo en contacto directo con el bebé, permite aprender intuitivamente sus señales de aceptación y rechazo. Así, están mejor preparados para interpretarlas y responder rápida y eficazmente, lo que proporciona al bebé apego seguro, autoestima y un modelo social saludable. Como consecuencia, darle al bebé “muchos brazos” y satisfacer sus necesidades optimiza su desarrollo físico, intelectual y emocional y lo convierte en un adulto más independiente y seguro.
Desarrollo óptimo del sistema nervioso. El sistema nervioso del recién nacido es inmaduro, por lo que gran parte de su desarrollo se produce fuera del cuerpo de la madre. En brazos o en el portabebés, la guagua recibe la “estimulación temprana” adecuada a su nivel de desarrollo (22). Adecuados en intensidad, variabilidad y duración, puesto que son los que elige el bebé según su nivel de desarrollo e interés. Es una estimulación multisensorial, que no solo incluye estimulación visual y auditiva sino también estimulación vestibular, olfativa y táctil (22). Además, el bebé en brazos o porteado, pasa más tiempo en alerta tranquila, que es el estado ideal para el aprendizaje (23).
Adaptación al entorno. Desde el lugar seguro, que son los brazos de sus padres, el bebé conoce el mundo: su familia, rutina y también distintos lugares y la sociedad. Y el contacto acelera su desempeño social, así como las expectativas de sí mismo como agente activo en las interacciones sociales (24). Aprende a diferenciar situaciones amenazantes de las que no lo son, porque reciben la información filtrada a través del adulto que le lleva. De otra manera, estará en alerta hasta que por sí mismo consiga averiguar si está en peligro o no.
Disminución del llanto. Los bebés que son llevados en portabebés lloran menos (25). El llanto es la manifestación más intensa de la falta de bienestar: supone un aumento del estrés y del gasto energético. Incluso se habla de hasta un 30% menos de llantos.
Favorece la lactancia materna (26). El contacto pone en marcha las mismas hormonas que promueven la lactancia: oxitocina y prolactina. El contacto piel con piel estimula su secreción. En la madre, el contacto con el bebé incrementa el nivel de dichas hormonas. Así, a mayor contacto, mayor presencia de oxitocina y prolactina, favoreciendo la lactancia. Por otro lado, ir cerca del pecho fomenta la succión a demanda, base de un correcto establecimiento de la lactancia.
Gracias al trabajo de E.S. López Acuña*, M.A. Salmerón Ruiz** su publicación constituye la fuente principal para la elaboración de este listado.
*Asesora de porteo. Co-directora del programa de formación de Asesoras de Porteo y Maternidad Asesoras Continuum.
**Pediatra de la Unidad de Medicina del Adolescente del Hospital Universitario La Paz. Doctora en Medicina y Cirugía. Mamá porteadora
Fuente Original, extraída de: pediatriaintegral.es
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